Dolor transformativo
¡Hola de nuevo!
Una disculpa por mi ausencia, me quedé sin palabras tras tres meses de tres pérdidas importantes. Dicen que un buen consejo para cuando sientas emociones fuertes es escribir... pero con todo esto yo me quedé muda, quise y no pude, tenía muchos temas de los que hablar pero no podía escribir. Sentarte a escribir lo que sea es conectarte contigo y con lo que traes dentro y todo eso a vece duele y sentía que necesitaba un tiempecito sin dolor el cual dediqué a enfocar mis energías en mí, en mejorar lo que fuera que estuviera haciendo y encontrar maneras sostenibles de mantener lo que sea que hubiera logrado hasta ese día, en este caso, mi avance en entrenamiento con pesas. He leído y escuchado que el dolor te transforma y en mi experiencia ha sido bastante cierto. En el intento de no quedarte estancado en ese momento de dolor, enfocas tu energía en lo que sabes que va a ser más transformativo y benéfico para ti, en el mejor de los casos. O te hunde o te transforma. He crecido bastante y todavía falta muchísimo más, un gran dolor me obligó a ser más fuerte emocionalmente y en ese entonces a bajar de peso, a saber lo que necesitaba para yo estar bien física y emocionalmente. Devoré libros, trabajé (y sigo trabajando en ello), me propuse metas "inalcanzables" y las desmenucé en pequeños retos que fui integrando a mi nueva vida paulatinamente. El año pasado fue un gran año, lleno de sorpresas y de retos, me ayudó a crecer emocionalmente para este año donde lo iba a necesitar bastante. Los buenos tiempos y mi tenacidad me ayudaron a forjar la disciplina que me ha llevado por caminos que nunca hubiera imaginado andar. Y esa misma disciplina, cuando llegaron los golpes fuertes me ayudaron a enfocar mi dolor en algo que fuera bueno para mí, que ya para ese entonces la meta no era bajar de peso sino ser una persona saludable. Y ya no solo tenía un cuerpo saludable, libre de obesidad, cansancio y enfermedades. Tenía un cuerpo amable que me permitía llegar cada vez mas lejos en mis entrenamientos, tenía un cuerpo lleno de vida con muchos planes, tenía la energía que necesitaba para terminar mis días y para seguir pensando en todo lo que quiero hacer y que mi cuerpo me lo permita. Tenía paz mental y salud emocional. Hoy tengo un cuerpo y una mente que no se rinden y que saben que nunca es tarde para empezar. Mis treintas realmente son mis nuevos veintes porque nunca me sentí así a pesar del largo camino que queda por delante todavía. Sigo cumpliendo metas y sigo poniéndome retos, éste ha sido un mes muy bueno. El cuerpo que no podía caminar mucho porque le dolía la cintura, las rodillas o se agitaba demasiado, pudo, la semana pasada, escalar 400 metros de altura del cerro Tetakawi y ayer lograr su primer parado de cabeza después de una semana practicando yoga. De aquél día en adelante el dolor se convirtió en energía para mi motor, parte de mi fuerza, podré caer pero he aprendido a levantarme cada vez más fuerte y no tomar por sentado los beneficios con los que uno nace con el simple hecho de nacer completos y saludables. Agradezco a las personitas que creyeron en mí y a las palabras de mi tía homónima que siempre se quedaron conmigo desde que empecé este cambio: "Yo sé que tu puedes, lo has logrado antes y cuando te propones algo lo logras"... y heme aquí. A mi abue le juro que no me estoy "quitando la comida" para adelgazar, esto también va por ella y por mis gorditas que murieron en enfermedad :( Tu decides, te hundes o te transformas. Gracias.
Yo hace dos años.
Dos años y 400 metros de altura después...
Dos años y una mentalidad muy distinta después.